Un exagente de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) fue acusado en una corte federal de Nueva York de participar en una operación de lavado de dinero vinculada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las organizaciones criminales más violentas y perseguidas por el gobierno estadounidense.
El exagente, identificado como Paul Campo, de 61 años, trabajó durante 25 años en la agencia, llegando a ocupar el cargo de subdirector de la oficina de operaciones financieras. Su experiencia dentro de la institución es clave para entender la gravedad del caso.
Junto a él fue acusado su presunto socio, Robert Sensi, de 75 años.
La supuesta operación: dinero, criptomonedas y un informante infiltrado
De acuerdo con documentos judiciales citados por The New York Times, tanto Campo como Sensi participaron en el presunto lavado de 750 mil dólares, los cuales transformaron en criptomonedas.
El objetivo final era incrementar el monto hasta 12 millones de dólares, creyendo que se trataba de ganancias del CJNG.
Sin embargo, lo que ambos desconocían es que el supuesto “representante del cártel” con quien negociaban era en realidad un informante confidencial de la DEA, quien entregó el dinero en efectivo como parte de una operación encubierta.
Reuniones en dos estados y una oferta peligrosa
Los documentos revelan que en marzo de 2025, Campo y Sensi sostuvieron dos reuniones con el informante:
- Nueva York: donde se les explicó que el “cártel” necesitaba mover dinero de Estados Unidos a México.
- Florida: donde se discutieron métodos de lavado como bienes raíces, tarjetas prepago y contrabando de efectivo.
Durante estas conversaciones, Campo habría sugerido estrategias para mover fondos ilícitos basadas en su experiencia dentro de la DEA.
La acusación se vuelve más grave: armas y equipo militar
El expediente también señala que ambos acusados mostraron disposición a colaborar con el supuesto cártel para obtener drones comerciales, armas y equipo militar, entre ellos:
- Rifles AR-15 y M16
- Carabinas M4
- Lanzagranadas
- Granadas propulsadas por cohetes
Aunque no hay evidencia de que Campo o Sensi tuvieran contacto real con miembros del CJNG, ni de que el dinero perteneciera a la organización —designada por EE.UU. como organización terrorista extranjera—, la intención de colaborar agrava la acusación.
Los cargos que enfrentan
Campo y Sensi fueron acusados de conspiración para:
- Cometer narcoterrorismo
- Distribuir narcóticos
- Proporcionar apoyo material a una organización terrorista
- Lavar dinero
De ser declarados culpables, podrían enfrentar décadas de prisión bajo las leyes federales estadounidenses.
El caso expone una vulnerabilidad dentro de una de las instituciones clave en la lucha contra el narcotráfico. Para la DEA, las acusaciones contra un exfuncionario con décadas de experiencia representan un golpe severo a su credibilidad. Ahora será la corte federal de Nueva York quien determine la responsabilidad de ambos acusados y dé seguimiento a una trama que combina corrupción, narcotráfico y operaciones encubiertas.